• Silenciosa contemplas a tus hijos, como toda madre sientes el orgullo y la admiración por el hijo que sigue el buen camino más también sientes dolor por aquel que ha desviado su senda. Lo miras silenciosa siempre orando por él.

    Gentil te ofreces ante sus necesidades siempre mostrando tu mejor sonrisa, sus exigencias no conocen los límites nunca esta satisfecho siempre tiene hambre de más.

    Besas al hijo que siempre se preocupa por ti. Siempre te cuida pues reconoce cuando estas a punto de desfallecer, el siempre agradece lo que le das. No quiere nada para él,está agradecido con poder ser abrazado por tus cálidos y maternales brazos.

    Bendices al hijo que mal te paga pues guardas la esperanza de que un día reconocerá sus pasos erráticos y buscara tu cobijo, lo observas destruir tus obsequios que con infinito amor has creado para él, con dolor recibes cada puñalada que te da, con amargura vez su odio crecer hacia su hermano… tu corazón se guarda el mal que el mismo se va provocando, tus palabras no pueden detenerlo de subir aprisa cada escalón que lo llevara a un triste final, el no ve como el camino se desmorona. Sus ojos se ciegan ante un bello oasis que oculta su muerte.

    Madre como uno de tus hijos solo tengo una súplica escucha por favor...

    Que el cielo se cierre sobre toda la tierra en un abrazo poderoso, muéstranos tu enojo dejándonos vislumbrar los relámpagos que feroces surcan las nubes como una amenaza velada, deja tu voz rugir con un potente trueno que nos haga temblar ante el temor del regaño próximo… siembra el miedo a quien lo escuche pues sabremos que no es más que un alarido que contiene tu dolor.

    Madre deja tus lágrimas caer con fuerza sobre tus hijos seamos los obedientes o aquellos que no sienten amor por ti pues de igual manera sentiremos tu pena. La lluvia descienda sobre todos nosotros como las lágrimas de una madre afligida y llena de dolor ante la partida o la muerte de un hijo. Libera todas las lágrimas que hay en tu ser pues no conoces otra forma de mostrarnos tu sufrir.

    Déjanos sentir el estremecimiento recorrer tu cuerpo pues es tanto lo que has tenido que contener que ya no puedes más. Dale paso a la ira después del dolor y la impotencia que sientes al no poder hacer nada cuando ves a tus hijos auto-destruirse, déjanos madre sentir todo aquello que te ahoga porque solo escuchando tu llanto, tu grito y tu temblor creo que podremos ser capaces de sentir un poco lo mismo que tu.

    Madre no comprenden que el hogar que con paciencia y amor nos has dado lo están destruyendo y son ellos quienes se arrojan al desamparo.