(Aquí les va uno, no es mío
xd )
La planta de arriba
Era un fin de semana cualquiera, y como siempre, yo me había cogido el autobús hasta Madrid para ver a mis amigos y pasar allí la noche. Una vez allí resultó que mi mejor amigo no podía salir porque tenía que acabar un trabajo en su oficina, así que como sabía que si no salía él me iba a aburrir, me quedé ayudándole para que acabase pronto.
Bien, su oficina está en el sótano de un gimnasio que, a partir de las 10 se queda literalmente vacío, a excepción del vigilante del aparcamiento y algún que otro empleado de la limpieza. Pues habría pasado una hora entre risas y montando ordenadores, cuando escuchamos un pitido intenso en la planta de arriba, el pitido del detector de robos de la tienda del gimnasio.
Pensando que habían entrado ladrones, subimos con precaución, yo primero, cuando vi que no había absolutamente nadie. Subimos los dos y el pitido enseguida paró. Estaba todo tan vacío, tan grande y con tanta luz que daba escalofríos, nos acercamos a la tienda a inspeccionar los aparatos esos que pitan cuando alguien roba algo (no sé cómo se llaman), le dimos un par de golpes y no saltó, así que volvimos abajo suponiendo que había sido un error del chisme ese.
Sin embargo, en cuanto entramos en la oficina volvió a sonar, y no paró hasta que volvimos a subir, y así otras dos veces. Finalmente totalmente mosqueados, llamamos al vigilante quien nos dijo que no había nadie en el edificio. Llamó a un técnico que desmontó el aparato y dijo que estaba perfectamente y que era imposible que se hubiese puesto a sonar por sí solo.
Al final optamos por irnos y dejar el trabajo a medio hacer, ya que tras lo ocurrido no teníamos muchas ganas de quedarnos solos en la oficina. Mientras salíamos por la puerta sentí como dos ojos se clavaban directamente en mi nuca, de verdad que lo sentí ¡No dije nada y apresuré el paso!.